ÍNDICE DE COMPETITIVIDAD CANTONAL

El Índice de Competitividad Cantonal (ICC) es una herramienta que sintetiza información y resalta las diferencias relativas en los factores que afectan la productividad de los cantones.
Este índice pretende ser un instrumento de apoyo en las decisiones privadas de inversión y en la asignación espacial de los recursos públicos.
El desarrollo implica descubrir cuáles son los problemas que impiden mejorar la productividad, por lo que se trata de un proceso de aprendizaje.
La importancia de esta medición radica en su capacidad para revelar la dinámica económica presente en un cantón, que no siempre es observable, a partir del valor relativo de diversos factores. Es decir, este índice no busca medir la gestión financiera de las municipalidades pues la Contraloría General de la República ya lo mide periódicamente.
Tampoco pretende cuantificar el desarrollo humano del cantón porque es una metodología que ya aplica La Escuela de Estadística de la UCR y el Programa de Naciones Unidas de Costa Rica. Sin embargo, el Índice de Competitividad Cantonal toma en cuenta algunos elementos de ambos conceptos al incorporar el desempeño del gobierno local, la salud de sus habitantes y la educación de su fuerza laboral como factores explicativos de la productividad de los cantones.
El Índice estudia de manera especial la capacidad productiva de cada cantón y los patrones de especialización de cada uno de ellos. Señala, además, los factores que promueven o detienen su desenvolvimiento. La información que recoge nos provee precisamente un valioso acercamiento a la realidad particular de los cantones y nos permite abordarla con fundamento en perfiles bien definidos de los ámbitos en los que deseamos efectuar transformaciones.
En él, se describe, además, la situación de la infraestructura y las características del gobierno local, las condiciones de la actividad económica, el clima laboral, el clima empresarial, la capacidad de innovación y la calidad de vida. El Índice permite identificar, asimismo, las oportunidades de emprendimiento e inversión que cada cantón ofrece. Por otra parte, muestra, también, los campos en los que se requieren intervenciones institucionales o políticas públicas.
Los pilares del índice de competividad cantonal
El Índice de Competitividad Cantonal está compuesto por treinta y ocho variables distribuidas en siete pilares. Algunas de esas variables cuantifican el tamaño del cantón, por ejemplo, el número de personas que conforman la Población Económicamente Activa (P.E.A) que vive en el cantón. Hay variables que miden cobertura mediante un porcentaje, entre las cuales se encuentra, el porcentaje de escuelas y colegios con acceso a internet, o cobertura en educación secundaria. Otras variables miden distribución, tales como, ingresos municipales per cápita, o número de entidades financieras por km2. Otras capturan la ocurrencia de un evento, como la tasa de muertes por homicidio, la cual mide el número de muertes por homicidio por cada 100.000 habitantes. Finalmente, hay variables cuya construcción es un poco más compleja, las cuales buscan medir el grado de concentración de alguna actividad económica en el cantón, como por ejemplo, la concentración de exportaciones de alta tecnología, o la especialización en industria y servicios de quienes trabajan en el cantón.
Las variables que componen el ICC tienen escalas de medición diferentes, por eso se estandarizan entre cero y uno y luego esos valores se promedian entre las variables que componen el pilar para calcular su valor. Finalmente, se obtiene el valor del índice de competitividad cantonal como un promedio simple de los valores de los siete pilares. A continuación, se explica qué busca medir cada uno de esos pilares, la cual se basa en Ulate, Madrigal, Ortega y Jiménez (2012).

- Pilar económico.
La proximidad a un mercado grande y creciente son dos variables importantes que explican la concentración de la actividad económica y la mayor productividad de una región. Los beneficios que se obtienen del acceso a un mercado grande y dinámico están asociados a costos de transporte relativamente menores, pero también, al aumento en la disponibilidad y variedad de bienes, servicios e insumos para la producción.
Para monitorear el dinamismo y acceso a un mercado local y externo, se utilizan las siguientes variables: la tasa de crecimiento del consumo eléctrico total, los egresos municipales per cápita (egresos municipales menos la inversión del gobierno local), los metros cuadrados de construcción por km2 y las exportaciones por trabajador.
Sin duda alguna habría sido importante considerar el flujo de transacciones entre cantones, pero no es una información que esté disponible. Asimismo, las exportaciones de servicios, por turismo o por servicios empresariales, tampoco están disponibles por cantón de origen, ni la producción de bienes y servicios para el mercado local. Finalmente, las exportaciones de café, por cantón de origen, se incorporaron solo en los últimos años.
- Pilar gobierno.
El gobierno local es el gestor de los bienes públicos del cantón. Tiene autonomía en el ámbito político, tributario, administrativo y normativo de acuerdo con los siguientes criterios. Con respecto al primer ámbito, los ciudadanos son quienes eligen sus representantes. En el ámbito tributario, las municipalidades tienen la posibilidad de crear, modificar, exonerar y eliminar los tributos municipales con autorización legislativa. Desde el punto de vista administrativo tienen autonomía para decidir sobre su presupuesto, sus programas y planes locales. Desde el punto de vista normativo, los gobiernos locales no pueden variar la legislación nacional referida al movimiento de bienes, personas y empresas ni pueden establecer sus propias barreras legales o políticas como sí lo podría establecer el gobierno nacional entre países.
Como afirma Krugman (1991), internacionalmente es posible medir la incidencia de los gobiernos nacionales en la competitividad nacional por las restricciones que estos establecen en el movimiento de los bienes y factores de producción (p.71-72). Lo anterior podría llevar a argumentar que los gobiernos locales de un país, cuya organización política está más centralizada, no son relevantes en la determinación de las ventajas relativas que ofrecen estos espacios para ubicar la actividad económica, las viviendas y bienes comunes. No obstante, lo anterior, las municipalidades pueden decidir sobre su propio ordenamiento en los ámbitos de su competencia. Es decir, otorgar autorizaciones y gastar en infraestructura, servicios y bienes públicos locales de acuerdo con sus criterios de ordenamiento territorial. Además, los gobiernos locales coordinan, planifican y gestionan ante el gobierno central el desarrollo de proyectos e infraestructura pública y deben velar por lo que sucede en su territorio. Por último, y no menos importante, los ciudadanos votan por los representantes que van a velar por ese desarrollo local.
Con el propósito de monitorear su desempeño en algunos de los ámbitos anteriores el ICC considera variables como la capacidad de recaudación del gobierno local, medida por los ingresos per cápita y el grado de dependencia de los ingresos del municipio de las transferencias del gobierno central. La capacidad del gobierno local para gestionar los bienes y servicios locales, medida por el gasto no administrativo per cápita y el gasto en la red vial por km de red cantonal. La eficiencia para responder las gestiones de los residentes ante la municipalidad se mide con la variable de número de días para obtener una patente comercial, la cual se obtiene mediante encuesta directa a todos los municipios del país.
En el año 1998 se modificó la legislación para elegir el alcalde y representantes ante el concejo municipal con el propósito de conceder una mayor autonomía política a los gobiernos locales. La variable denominada participación en las elecciones de alcalde versus las presidenciales busca monitorear, qué tanto ejercen los ciudadanos del cantón, esa autonomía política.
Finalmente, se incluye una variable que aproxima el grado de complejidad ambiental de los permisos que tramitan las municipalidades al relacionar, el número de evaluaciones de impacto ambiental, con el número de permisos de construcción otorgados por la municipalidad.
- Pilar infraestructura.
Este pilar monitorea las facilidades que tiene el cantón con respecto a la movilidad, la comunicación y el acceso a las tecnologías de información que tienen las personas y empresas residentes en el cantón. Como indicador de las facilidades de movilización terrestre se utiliza el porcentaje de la red vial que está pavimentada. La disponibilidad de electricidad y agua potable son factores básicos para la ubicación de las viviendas y las actividades económicas. Además, este pilar cuantifica tanto el acceso a las tecnologías anteriores, como la electricidad y la telefonía fija, así como a las nuevas tecnologías de la información representadas por cuatro variables, a saber el porcentaje de viviendas con acceso a internet, la cobertura y calidad de la red de telefonía móvil tanto 2G como 3G y el desempeño de descarga global 3G y 4G. Estas últimas variables son de reciente medición.
- Pilar clima empresarial.
Este pilar le da seguimiento a variables relacionadas con la complejidad, variedad y exigencia del entorno económico que enfrentan las empresas ubicadas en el cantón.
La variable, índice de competencia mide el grado de competencia entre las empresas industriales y de servicios para conseguir un trabajador en su respectivo cantón. Este índice es relativo al promedio nacional porque compara la relación de patronos entre la PEA del cantón versus la misma relación a nivel nacional. Si supera la unidad hay una relativa mayor competencia en el cantón. Es una adaptación del indicador de competencia que utilizan Glaeser et al. (1992).
La proximidad con otros agentes económicos mejora la productividad y las relaciones con el resto del mundo amplían el ámbito de las destrezas requeridas para producir los bienes y servicios que se exportan. Asimismo, la diversidad de actividades económicas que se llevan a cabo en el cantón facilita el intercambio y aumentan la posibilidad de aprovechar las externalidades que se puedan generar en el cantón. Glaeser et al. (1992) muestran que el crecimiento de la industria en 170 ciudades en Estados Unidos se relaciona con la competencia local, la variedad urbana y con externalidades tecnológicas que ocurren entre industrias.
La disponibilidad de servicios empresariales se aproxima con la variable que cuantifica el número de entidades financieras por km2, establecidas en el cantón. Para medir la diversidad de actividades presentes en el cantón se utiliza el índice de concentración de actividades de Herfindahl. Para cuantificar este índice se utiliza el Directorio de Establecimientos que elabora el INEC. La importancia relativa de las empresas exportadoras presentes en el cantón se mide como proporción del número de empresas (patronos) totales del cantón.
- Pilar clima laboral.
Este pilar da seguimiento a seis variables. Tres de ellas se refieren al potencial educativo de la fuerza laboral, porque miden la cobertura de inglés en primaria, la cobertura de educación en secundaria y la matrícula en la educación universitaria estatal. La cuarta variables se refiere al tamaño de la oferta laboral, pues utiliza la población económicamente activa del cantón.
La quinta variable aproxima la destreza de la demanda laboral efectiva al medir la especialización relativa de los trabajadores contratados por las empresas del cantón en actividades de servicios como comercios, hoteles, educación y en industria. Si el valor de la variable es alto significa que, dado el tamaño del cantón, hay una concentración de la demanda de trabajadores en estos sectores, y si es bajo significa que la demanda efectiva de trabajadores de las empresas del cantón se especializa en las demás actividades económicas, principalmente agrícolas.
Por último, la sexta variable mide el dinamismo de la demanda local de empleo formal al monitorear, el crecimiento del empleo formal con respecto a la variación de la población económicamente activa del cantón.
- Pilar capacidad de innovación.
Este pilar pretende medir el potencial que tiene el cantón para difundir, transmitir y manejar conocimientos complejos eventualmente aplicados a la producción, pero no pretende medir la actividad de innovación en sí misma porque esta información no está disponible.
Ese potencial se mide con tres variables. La primera, cuantifica el grado de concentración de exportaciones en alta tecnología producidos en el cantón. Esta variable refleja qué tan sofisticados son los conocimientos que se aplican en dicha producción y por ende en el potencial para transmitirlos hacia otras industrias o sectores productivos del cantón. La segunda y tercera variable buscan cuantificar la capacidad del recurso humano local para adquirir, procesar y aprovechar las externalidades de un conocimiento más sofisticado. Esta capacidad se monitorea mediante la matrícula de las universidades estatales en ciencias y tecnología que provienen del cantón respectivo y del porcentaje de escuelas y colegios con acceso a internet en ese cantón.
- Pilar calidad de vida.
Este pilar busca cuantificar el desempeño de variables que podrían valorar las personas al decidir el lugar de su residencia. Está compuesto por seis variables. La primera se refiere a la salud de sus habitantes, a saber, tasa de mortalidad por infecciones por 10mil habitantes. La segunda variable mide la importancia de la oferta local de establecimientos para el esparcimiento y entretenimiento, la cual contabiliza el número de establecimientos dedicados a estas actividades y ubicados en el cantón por cada 10 mil habitantes. El tercer indicador mide la mortalidad por homicidio por cada 100 mil habitantes. La cuarta variable mide el número de habitantes por EBAIS y busca monitorear el acceso a servicios de salud. La quinta variable es una tasa del número de robos y asaltos a personas por cada 10 mil habitantes. La sexta variable cuantifica el esfuerzo municipal por mitigar problemas ambientales del cantón. Algunos problemas que podrían generar las aglomeraciones, especialmente urbanas, contribuyen a deteriorar la vida en común de un cantón, por eso se incluyen algunas variables, las cuales, si su valor aumenta, más bien le restan a la calidad de vida. Ese es el caso de la tasa de robos y asaltos cometidos a personas, la tasa de homicidios y la tasa de mortalidad por infecciones.
Las características que valoran las familias no necesariamente coinciden con aquellas que valora una empresa. Precisamente Stuart y Rosenthal (2004) en un estudio sobre ciudades en Estados Unidos encontraron que las empresas colocaron a Detroit en la novena posición, pero las familias la ubicaron en la posición 37. Por el contrario, las familias ubicaron a Miami en la primera posición mientras que las empresas en el lugar 34. Pero también hay algunos casos donde la coincidencia es mayor, como Nueva York, San Francisco y los Ángeles. (p.442)