¿Cómo leer el ICC?
El Índice de Competitividad Cantonal mide el desempeño relativo de los cantones en áreas relacionadas con la actividad económica que se lleva a cabo en el espacio geográfico respectivo de los 81 cantones que conforman el país. Si bien desde 2018 son 82 cantones en total, la estimación del ICC aún no incluye a Río Cuarto como cantón separado de Grecia debido a las consecuentes limitaciones en la disponibilidad de los datos.
La lectura del valor del Índice de Competitividad Cantonal refleja la posición relativa del cantón con respecto a los 81 cantones del país, en cada uno de los pilares y en cada una de las variables que lo conforman. Las variables y los pilares están definidos de manera tal que pueden ser interpretados como un ordenamiento o ranking, así una posición más baja (más cercana a 1) es relativamente mejor que una más alta. Un cantón con un valor de 35 en una variable determinada indica que en ese año ese cantón alcanzó la posición número 35 entre los 81 cantones.
La posición relativa del cantón en cualquiera de las variables puede mejorar o empeorar de un año a otro por tres razones. La primera de ellas es que en ese cantón aumenta o disminuye el valor de la variable de un año a otro, mientras que en los demás cantones permanece igual o varía menos. Otra razón es que el valor de la variable, en ese cantón, permanece igual, pero en los demás cantones sí cambia el valor de la variable afectando así la posición relativa del cantón. Y la tercera razón es una combinación de los dos factores anteriores.
La importancia relativa de cada pilar sobre la composición en el Índice de Competitividad Cantonal varía entre los cantones. Por ejemplo, en el 2016 los primeros cinco cantones con el nivel más alto del Índice de Competitividad Cantonal, fueron: San José, Belén , Escazú, Montes de Oca y Curridabat. Sin embargo, hay diferencias entre estos cantones en la importancia de los siete pilares que componen el ICC. Por ejemplo, el pilar económico es muy importante para Belén. Precisamente en los diez años consecutivos que se ha cuantificado el ICC, Belén logra la primera posición en ese pilar mientras que San José lo sigue con la segunda posición. Por otro lado, para Escazú, el pilar gobierno es el más importante alcanzando el primer lugar tanto en el 2015 como en el 2016 y superando a Belén y San José. En el clima empresarial, San José siempre ha mantenido la posición número uno, le sigue Belén y en tercer lugar Escazú, el cual pasó de la quinta posición en el 2006 al tercer lugar en el 2016. Para Montes de Oca es muy importante el pilar de capacidad de innovación, cuyo valor es el más alto entre los 81 cantones. Mientras que, en el caso de Curridabat, son muy importantes tanto el pilar de infraestructura como el clima empresarial.
Para los cantones con el nivel del índice de competitividad más bajo, como Guatuso, Buenos Aires y Upala, también hay diferencias importantes. Estos tres cantones mejoraron su posición relativa, de la categoría muy baja a la de baja en el pilar económico, de igual manera Upala y Buenos Aires mejoraron en el pilar clima laboral, pero Guatuso permaneció en las posiciones más bajas de este pilar.
La medición del ICC también destaca que hay cantones cuya ventaja relativa reside en el pilar de calidad de vida. Por ejemplo, Nandayure, Hojancha y Tilarán están en los primeros cuatro lugares en el 2016 en este pilar.
Alajuelita estuvo en la categoría de los cantones con un índice de competitividad muy bajo en el 2006, sin embargo, en el 2016 mejoró y ahora está en la categoría de los cantones con un nivel bajo, es decir, en la posición 59 del índice total. Sin embargo, en el pilar económico y, en el pilar clima laboral está en la categoría media, pero su desventaja relativa es el clima empresarial y la calidad de vida, porque en ambos pilares está en la categoría muy baja. En este último pilar tiene la posición 81.
Los datos del ICC también muestran que hay diferencias importantes entre cantones aledaños, tanto en su desempeño en un momento dado, como a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el 2016, Montes de Oca, Curridabat, San José, y Escazú revelan una especialización de su demanda efectiva de trabajo en el sector servicios e industria. Sin embargo, esa especialización relativa es descendente en San José, oscilante en Curridabat y creciente en Escazú y Montes de Oca. En este último caso esa tendencia creciente se explica por los servicios de educación, ya que si se excluyera ese rubro, su especialización relativa sería menor. Es decir, la especialización relativa de los trabajadores en industria y servicios, muestra el resultado de decisiones empresariales con respecto a la ubicación de sus negocios y por consiguiente, también revela el tipo de actividad que se desarrolla en el cantón y la importancia relativa de la demanda efectiva de trabajo que generan esas decisiones. El ICC no explica el porqué se observan esos resultados. Ese no es el objetivo de este índice, sino más bien pretende revelar los resultados alcanzados a partir de las decisiones de múltiples actores comparado con los alcanzados en el resto de los 81 cantones del país.
La lectura del nivel del índice total y el de sus componentes permite comprender mejor la contribución que estos pilares tienen sobre las ventajas o desventajas relativas del cantón. Estas son ventajas o desventajas relativas para montar un negocio, vivir, trabajar. De esta forma es posible tener una idea no solo del nivel del índice en su conjunto sino también del perfil competitivo de los cantones.
El seguimiento del desempeño relativo de los cantones busca promover, entre las autoridades respectivas, la formulación de preguntas y el establecimiento de prioridades para identificar posibles soluciones que permitan impulsar el desarrollo de cada territorio, según la evolución relativa de su perfil económico.
Son pocas las iniciativas que buscan medir y comparar el desempeño económico de los cantones. Sin embargo, desde el 2002, los ciudadanos costarricenses empiezan a elegir a los dirigentes municipales quienes, en principio, tienen la responsabilidad de velar por el desempeño económico y social de su cantón. El supuesto implícito es que la gestión de los dirigentes municipales y el desempeño económico de los cantones no están muy relacionados entre sí. Algunos fundamentan la débil existencia de esta relación en las restricciones que le impone la institucionalidad costarricense al establecer, mediante normativa, los ámbitos de sus competencias. Por ejemplo, en la presentación de la primera versión del ICC en el año 2009, algunos alcaldes manifestaron que la mayoría de las variables del ICC no eran del ámbito de su competencia. Otras personas, argumentaron que la mayoría de los cantones son espacios geográficos relativamente pequeños con muchas interacciones con otros cantones, lo cual le resta relevancia al cantón como unidad de análisis económica.
Y finalmente, si juzgamos por la disponibilidad de datos económicos a escala cantonal, concluiríamos que, en general en el país, se considera suficiente el darle seguimiento al desempeño económico agregado a nivel nacional y solo, en algunas variables, a escala regional pero no a escala cantonal. Desde la perspectiva de los investigadores y de la Escuela de Economía es importante generar información económica a mayores niveles de desagregación para comprender mejor sus diferencias en su estructura, dinámica e interacciones económicas, las cuales determinan las desigualdades en oportunidades y generación de ingresos de sus residentes, pero también su vulnerabilidad ante perturbaciones económicas externas.